miércoles, 31 de marzo de 2010




Sonrisas borradas de las calles.

Esperanzas esfumadas entre el humo y el caos.

Voces que se callan para siempre.

Gritos que aun suenan en los oídos de todos,

Incluso de aquellos que no los oyeron.

Euforia y alegría, que ocultaban el horror.

Miedos y amenazas, que fueron más fuertes.

Mentiras y engaños, que la ignorancia permitió.

Se llevaron 30.000 esperanzas.

30.000 luchas

30.000 alegrías

30.000 ilusiones

30.000 futuros

30.000 Vidas.

Un país hipócrita que miró para otro lado.

Un montón de cómplices que no desaparecen.

Un pueblo entero que se enorgullecía de ponerse la camiseta

del país al q dejaba desmoronarse minuto a minuto.

Un montón de gente riendo y festejando, mientras su futuro desaparecía a cada instante.

Un individualismo que pudo más que el sentimiento de unión y de lucha.

Nos enseñaron a temer

Nos dejaron débiles

Nos dejaron indefensos

Nos dejaron ciegos, sordos y mudos.

Nos dejaron esclavos

Nos dejaron vacíos

Nos dejaron 30.000 razones para seguir luchando.


Creer en sus palabras

era ver hundir su barco.

No ver alrededor

era dejar que siguiera pasando.

Nada podría perdonarlos,

nada podría justificarlos,

nada pudo evitarlo.

Si lo viviste o no

Da lo mismo.

Ésta herida no discrminina,

nos duele a todos.

Llena de culpa a quienes lo vivieron.

Llena de culpa quienes hoy lo vivimos.

Y seguimos sin reaccionar.

Aun no se detuvo la caída.

El sufrimiento sigue instalado.

Las mentiras siguen presentes.

La injusticia sigue juzgando.

La ignorancia sigue dominando.

De nada sirve recordar

con los ojos tapados.

Si de verdad duele el pasado,

no es tarde para el cambio.

Para que sane la herida.

Para encontrar de una vez la justicia

que durante tantos años

se nos ha negado.



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