lunes, 21 de febrero de 2011

Su corazón necesita
el letal veneno
de esa última cena,
mientras sus ojos
abiertos presencian
la muerte de un sueño
la agonía de la ilusión.
Ella busca y encuentra
mucho más que la verdad.
Ella entra en escena
y se retira sin actuar.
Detrás del telón
lágrimas de ruina
delatan su dolor,
y una voz interna
obligándola a observar
el espectáculo de guerra
contra su ingenuidad.
Nada la detiene
y no puede impedirlo
Nada se lo impide
y debe permitirlo.
Escapa aturdida
creyendo enloquecer
pero sola y escondida
extrañar es un deber.
Con un camino tan largo
el odio del recuerdo
no sabe tan amargo...
y lentamente aclara
la imagen de la verdad.
Es tentador el regreso
cuando el amor gana
en la batalla de recuerdos.

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